lunes, 11 de abril de 2016

¿A quién carajos rezarle?

Hoy, después de muchos años, sentí la necesidad de rezar.

Eso es un problema muy grande cuando no sabes ni a quién, ni a qué rezarle; cuando no crees en un dios de la manera convencional.

Muajajaja.

El Universo se rige por las reglas de la física. Descifrar esas reglas es lo que mantiene a los astrónomos, físicos, químicos, biólogos y demás tan ocupados; pero al final, lo que buscan los físicos es una fórmula, o conjunto de fórmulas, que lo resuelva todo: la Teoría del Campo Unificado. Una fórmula que explique tanto las ondas gravitacionales como las interacciones entre partículas subatómicas. Muchos podrían llamar a esta fórmula "Dios".

Otros prefieren una salida más fácil, y llamar "Dios" a un señor barbudo que vive en el cielo y te espía en todo momento, aún cuando te masturbas. Pero a fin de cuentas, todos estamos buscando una respuesta a una pregunta: ¿Qué hay detrás de todo aquéllo que no entendemos? La diferencia está en con cuál respuesta te conformas.

Yo, por ejemplo, no entiendo por qué carajos mi mejor amigo tuvo un accidente que le lesionó varias vértebras, y que lo dejará incapacitado por, al menos, un par de meses. Me dolió mucho, pero ese dolor no podría jamás compararse con el suyo. Ese dolor es muy difícil de imaginar, cuando lo único que te han roto es el corazón.

Drama, drama, drama.
Cuando llegué en la ambulancia con él al hospital, con su familia esperándonos, le dije a su mamá que qué mala suerte tiene, siempre le pasa todo. "Es que nunca se persigna", me respondió. Yo tampoco me persigno nunca, y no me pasan esas cosas, así que Jesús está fuera de la jugada. Si acaso sé algo, es eso.

Hoy, mientras él entraba a cirugía y yo iba rumbo al trabajo, sentí ganas de rezarle a alguien. Pero no supe a quién. ¿A Jesús? Puaj. ¿Al Universo? Ni que fuera hippie. ¿A Odín? ¿A Ehécatl? Tal vez. Se lesionó disfrutando del aire, piloteando un parapente.

Larga vida a los maestros-aire.
No supe a quién, y ahí iba yo, en el camión, con esas ganas de rezarle a alguien porque todo saliera bien queriendo salir en forma de ganas de llorar, porque en el fondo entiendo que Dios, sea Jesús o sea una fórmula, no quiere ni atiende a nadie en especial. Todo se rige por las reglas establecidas, no hay más.

Al final la cirugía salió bien.

Gracias, Ehécatl. O quien sea.

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